Síntesis de un
pensamiento racional,
donde todo se reduce al cálculo.
Síntesis de una ciencia dura,
donde nada nace del barro.
No puedo ser epígono de una ciencia tal
al momento de analizar la vida del hombre y su rumbo;
no puedo evitar mirar alrededor y llorar,
llorar por la mierda del mundo.
Vale decir:
El enfermo que no tiene para remedios,
el sano, que se enferma por sus propios medios.
La esposa que llora la infidelidad del esposo malo,
la otra, que llora la muerte del bueno.
La madre que sufre la ausencia del hijo inocente,
asesinado, en una esquina, por dos pesos;
la otra, que sufre la condena que cae sobre su niño,
culpable o no, hijo al fin, pequeño y con miedo.
Sin mencionar el horror de la guerra,
los desastres de la naturaleza;
las enfermedades incurables,
los dolores interminables;
el agua que se agota,
los cadáveres que se amontonan;
y el odio,
la ignorancia,
la violencia,
la intolerancia,
la soberbia,
la desesperanza.
¡Qué más, por Dios, qué más!
Hay algo más,
es el Amor,
ya ha caído,
sus restos yacen en el campo de batalla.
Lucas Berruezo
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