viernes, 13 de enero de 2017

VIVIRÁS


     Vivirás
hasta que dejes de hacerlo,
ni un minuto más,
pero tampoco uno menos.
Tu tiempo no depende,
ni de prevenciones
ni de esfuerzos.
No tengas miedo,
vivirás,
temer es ya estar muerto.


                                         Lucas Berruezo



YA VA A PASAR


     En un camino que no es camino,
con objetivos que ya son huella
mucho antes de dejar de ser promesa,
sello mis convicciones en papel
y busco la alegría en la tristeza.

     ¿A dónde vamos tan apurados
si en un mismo sueño desemboca toda senda,
donde el tiempo no ha abierto los ojos
y no se premia a quien se despierta?
     ¿Querrás mantenerte despierta?

     Ya va a pasar.
Ya va a pasar, amor.
Decime que ya va a pasar,
que no me va a doler,
que todo va a mejorar.

     En una eternidad efímera,
llena de úlceras que supuran
y de deseos que mueren de hambre,
amo hasta el límite de la razón
y me entrego, con locura, al instante.

     ¿A dónde vamos tan apurados
si nuestra mayor felicidad,
y los lugares que la harían posible,
solo existen a fuerza de imaginar?
     ¿Debemos dejar de imaginar?

     Ya va a pasar.
Ya va a pasar, amor.
Decime que todo va a pasar,
que no te voy a perder,
que no me vas a lastimar.


                                                 Lucas Berruezo



SONREÍ (SI IGUAL NOS VAMOS A IR)


     Sonreí,
si igual nos vamos a ir,
no vamos a volver.
¿Por qué te preocupás tanto?
No hay nada que no se vaya a perder.

     Tomátelo con calma,
mirá el cielo y sonreí,
voy a estar ahí para alegrarte,
voy a estar ahí para ayudarte a seguir.

     Sigamos caminando,
sin mirar adelante,
sin mirar atrás;
la vida cambia en un instante
y al instante vuelve a cambiar;
nada es tan importante para arrancarte una lágrima,
nadie tiene derecho a hacerte llorar.

     Tomátelo con calma,
cerrá los ojos y bailá,
la vida es como la vivís
y da vuelto cuando te negás a pagar.

     Sonreí,
si igual nos vamos a ir,
no nos vamos a quedar.
¿Para qué preocuparse tanto?
No hay nada que nos vayamos a llevar.

     Sonreí.
Si igual nos vamos a ir.

     Sonreí.


                                     Lucas Berruezo



VERDAD Y TIEMPO


        El deseo va adelante
y la nostalgia atrás,
y el hombre,
triste y confundido,
no sabe para dónde mirar.

     ¡Si tan solo supiera
que en el aquí y ahora
está la eternidad!

     ¡Si tan solo notara
que cerrando los ojos
se acerca a la verdad!


                                          Lucas Berruezo



HAY ALGO MÁS


            Hay algo más,
tiene que haber algo más.
Todos peleándose por unas migajas
de días,
rascando en la superficie del tiempo
en busca de un grano de eternidad
en un desierto que se termina.
Cada nueva línea escrita
es una batalla ganada a la muerte,
que aunque venga a reclamar
su suerte,
no podrá recuperar,
las pequeñas partidas perdidas.


                                                       Lucas Berruezo



SEGUIR


     Desear dormir para olvidar la
culpa,
y no poder hacerlo porque la
culpa
no deja dormir.


     Tratar de pensar en lo que no dé
miedo,
y descubrir que es el
miedo
el que hace pensar.


     Buscar afuera lo que me haga
libre,
y fracasar porque ser
libre
es justamente eso, ser.


     Seguir,
víctima de la cordura,
torturado por el miedo,
marcado por la angustia.
¿Qué tan malo será morir?


                                              Lucas Berruezo





NO ME LASTIMES MÁS (TORNIQUETE AL CORAZÓN)


     No me lastimes más.
No me digas que no vi lo que vi,
que no escuché lo que escuché,
que mi mente fabula
más allá de la realidad;
por favor te lo pido:
no me lastimes más.

     No me lastimes más.
Un corazón enamorado
a poco puede aspirar,
con la certeza de la agonía
apuesta a la felicidad;
de rodillas te ruego:
no me lastimes más.

     ¿Será que el amor
alimenta el alma
lo mismo que daña
el corazón?

     No me lastimes más.
Las calles están vacías,
con una oscuridad sepulcral,
no son las calles, vida mía,
es mi alma devastada,
que te suplica a gritos:
¡no me lastimes más!

     ¿Puede el amor
ser un torniquete al corazón?


                                                         Lucas Berruezo



EL AMOR Y LAS PALABRAS


Llegué tarde a tu vida
y me iré temprano,
como el invitado desorientado
que, confundido,
llega a la fiesta
donde todos están ya acomodados.

Sin siquiera una caricia
te hice mía,
sin recibir uno de tus besos
te entregué,
con confianza y alegría,
todo el recorrido de mis días.

Las palabras se me escapan,
sí,
porque no es con palabras
que el amor se expresa;
pero aunque son nada,
son lo único que tengo,
que me acercan a vos
y, con igual saña,
me alejan.

Las palabras se convierten,
así,
en mi único medio,
mi única naturaleza,
puentes sobre la distancia,
caminos en la nada.
Sólo tengo palabras,
y lo maravilloso es,
que,
aunque pobre en todo lo demás,
a vos, eso, te alcanza.


¿Te alcanza?


                                    Lucas Berruezo



EL GUARDIÁN DE TU CORAZÓN


Puedo trabajar de profesor,
ser Licenciado,
hasta llamarme escritor;
pero nada de eso me dice
ni dice quién realmente soy:
con la fe de un cruzado me defino
como el guardián de tu corazón.

Velaré por tu seguridad,
no dormiré
pensando en nuestra amistad;
seré escudo ante las flechas,
amuleto ante el maleficio:
tu corazón es mi tesoro
que merece cualquier sacrificio.

No creas que es valentía,
ni temeridad,
mucho menos osadía;
es simple sentido común
que me mantiene diciendo:
mientras esté seguro tu corazón
el mío seguirá latiendo.


                                               Lucas Berruezo



NO DIJO QUE NO


Si la madre hubiese dicho que no,
¿Él la hubiera escuchado?
¿Hubiera negado la salvación por respeto a su sierva?
¿Negado su plan concebido en la eternidad?
Y si la madre hubiese dicho que no,
¿se hubiera quedado el mundo sin redentor?
¿Las generaciones, sin guía?
¿El Cielo, vacío; y el Infierno, con vida?
Pero la madre no dijo que no,
y jamás lo haría.
Al Eterno respondió:
“Yo soy la servidora del Señor,
hágase en mí tal como has dicho”.
Y a los hombres agregó,
refiriéndose a su Hijo:
“Hagan lo que él les diga”.
La madre no dijo que no,
y jamás lo haría.
Atravesada en su corazón,
será la imagen del fiel,
del que no desfallece,
del que permanece,
en su misterio,
en su fe,
por amor.
No dijo que no,
y jamás lo haría.



                                                  Lucas Berruezo



EL HOMBRE

Deseaba ser como los demás hombres,
como su padre,
tener su negocio, su familia,
un hijo al que pasarle su sabiduría.

            Deseaba tener una esposa,
una compañera,
que calentara su lecho por las noches,
una voz amiga al rayar el día.

            Mujeres no le faltaban,
tan fieles como su madre,
muchas, por él, habían cambiado,
muchas, a él, lo querían.

            Deseaba ser como los demás hombres,
llegar a viejo,
con nietos expresándole eternidad,
con un bastón sirviéndole de guía.

            Una muerte en paz,
rodeado de los suyos,
sabiendo que el amor iba a durar,
que la rueda rodando seguiría.

            Imposible.

            No fue como los demás hombres,
por su Padre,
su propio celo,
se expuso como eterna garantía.

            Lleno de llagas y magulladuras,
elevado entre los bajos,
vio a sus amigos dispersos,
sólo su madre, su Juan y su otra María…

            Deseaba ser como los demás hombres,
pero eso no era para él,
su destino era ser fiel,
y, con eso, la historia cambiaría.


                                                           Lucas Berruezo



SIEMPRE ES IGUAL


            Siempre es igual;
pocos son los que llegan,
millones los que se quedan atrás;
cinco son los que cantan,
miles los que se sientan a escuchar.

            Sentir que hoy no es el momento,
que lo que se quiere puede no llegar;
soñar con un futuro incierto,
con una fama placentera,
con un amor incondicional.

            Siempre es igual;
uno busca destacarse,
sólo para dejarse amar;
pero el arte hace artistas,
y no hombres con felicidad.

            Saber que la meta está lejos,
que el sueño puede no volverse realidad;
desear un destino diferente,
una valoración extendida,
un reconocimiento general.

            Pero siempre es igual;
pocos son los que llegan,
millones los que la ven pasar;
uno es el que sube al estrado,
y miles los que lo oyen hablar.



                                                          Lucas Berruezo



¿POR QUÉ?


     ¿Por qué algunos tanto,
y otros tan poco?
¿Por qué tan poco amor
y, por el contrario, tanto odio?
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué busco expresarme,
si, al hacerlo, me escondo?
¿Por qué para tener confianza
se necesita estar loco?
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué pregunto por qué?
No lo sé.
¿Por qué?


                                       Lucas Berruezo



CUANDO LA MUERTE...


Cuando la fría muerte
me postre por siempre,
no me llores mi amor,
que donde quiera que esté
yo lloraré por los dos.

            Cuando el último sueño
mis ojos cierre,
no me extrañes mi amor,
que muerto no estaré
mientras viva en tu corazón.

Muchos son los caminos,
pero uno solo es el final;
más que a la muerte,
más que a la maldad,
temo perderte,
temo no verte más.
No es la muerte el castigo,
sino la ausencia de otredad;
el castigo será no poder verte,
el castigo será la soledad.

            Cuando la huesuda parca
venga a buscarme,
no te entristezcas mi amor,
digámonos hasta luego,
mas nunca digamos adiós.



                                                  Lucas Berruezo



JAMÁS ESTARÁS ORGULLOSA DE MÍ


            Mirame a los ojos,
no dejés de sonreír;
no voy a mentirte,
jamás estarás orgullosa de mí.

            ¿Será por mis opiniones contrarias
o por mi necesidad de una irrecusable soledad?,
¿será por mi deseo vehemente de aprender a volar?;
no lo sé;
tal vez sea mi mirada acertadamente miópica
que ve los intersticios donde la sangre brota a granel;
pensé que el arte me iba a proporcionar amor,
respeto, admiración,
y sólo me proporcionó una pared.

            Me siento a hilvanar
versos que alguien se encargará de destruir,
sólo para demostrarte que soy una persona,
que llora, sangra y no deja de sonreír,
ante la cruel realidad
de que jamás estarás orgullosa de mí.


                                                                       Lucas Berruezo



LA MIERDA DEL MUNDO


     Síntesis de un pensamiento racional,
donde todo se reduce al cálculo.
Síntesis de una ciencia dura,
donde nada nace del barro.
No puedo ser epígono de una ciencia tal
al momento de analizar la vida del hombre y su rumbo;
no puedo evitar mirar alrededor y llorar,
llorar por la mierda del mundo.
Vale decir:
El enfermo que no tiene para remedios,
el sano, que se enferma por sus propios medios.
La esposa que llora la infidelidad del esposo malo,
la otra, que llora la muerte del bueno.
La madre que sufre la ausencia del hijo inocente,
asesinado, en una esquina, por dos pesos;
la otra, que sufre la condena que cae sobre su niño,
culpable o no, hijo al fin, pequeño y con miedo.
Sin mencionar el horror de la guerra,
los desastres de la naturaleza;
las enfermedades incurables,
los dolores interminables;
el agua que se agota,
los cadáveres que se amontonan;
y el odio,
la ignorancia,
la violencia,
la intolerancia,
la soberbia,
la desesperanza.
¡Qué más, por Dios, qué más!
Hay algo más,
es el Amor,
ya ha caído,
sus restos yacen en el campo de batalla.



                                                                            Lucas Berruezo



ALGUIEN A QUIEN AMAR


            Mi corazón se detuvo
cuando supe que ibas a huir,
miré hacia el cielo y lo vi llorar
derramando sus lágrimas sobre mí.

            Sé que te vas a ir,
y sé que me tengo que quedar,
sé que no vas a volver
y no te puedo culpar;
nunca cumplí mis promesas,
aquello que dije te iba a dar,
y no hablo de riqueza, fama o gloria,
sino a alguien a quien amar.

            Me senté a escribir un poema
con la esperanza de ver a tu amor renacer,
pero no hay palabras que puedan reemplazar
lo que con hechos olvidamos hacer.

            Tenés el derecho a irte,
y yo la resignación de esperar;
pero aunque te vayas,
aunque vuelvas a empezar,
no me pidas que renuncie,
que olvide lo que quedó atrás;
voy a dejar que partas,
pero sólo dame el derecho,
el privilegio, la caridad,
de que sin importar el tiempo que pase,
nunca, jamás, tendré que dejarte de amar.

            Sé que te vas a ir,
y sé que me tengo que quedar,
sé que no vas a volver
y jamás te voy a olvidar;
nunca cumplí mis promesas,
aquello que me apresuré a jurar,
y no hablo de riqueza, fama o gloria,
sino lo que el dinero no puede comprar:
un beso, un abrazo, una caricia,
alguien a quien amar.


                                                                     Lucas Berruezo



FESTIVAL DE CRÁNEOS


       Festival de cráneos,
orgía sepulcral,
gusanos hediondos
rodean la vida,
donde ya no hay alegría,
de la que ya no sé qué pensar.


                                                  Lucas Berruezo